viernes, 21 de agosto de 2009

TREN DE LUNA A PLENA MARCHA

El Colectivo Cultural Tren de Luna se hizo presente en el lanzamiento del libro de poemas de la barranquillera Lauren Mendinueta. Aquí, las palabras que en tono a la obra de la poeta, expresaron dos de nuestros miembros.

EL PERSISTENTE VIAJE DE LAUREN MENDINUETA

Por : Roberto Núñez Pérez

El libro que hoy presentamos nos refleja una Lauren Mendinueta que ha asumido la poesía no como una simple afición, sino como una forma persistente y tenaz de asumir la vida, sus victorias y derrotas; sus risas y tristezas.
De lauren confieso que ya había leído anteriormente su libro Inventario de ciudad y no me había sorprendido. La Lauren de La vocación suspendida es una poeta madura que sabe (eso se intuía ya) que al verso no le debe sobrar ningún adjetivo, pero que tampoco debe faltarle nada. Su concepción del poema se expresa claramente en su Poética cuando afirma:
Que mis poemas sean ligeros
como hojas vivas
que dibujan formas tenues
sobre muros deslucidos,
es un deseo estúpido.
Espero más bien,
que sean tan sólidos
como el puente de mis pies
en los sombríos caminos de la tierra.

El yo poético que se despliega en sus poemas se encuentra en la paradoja de querer vivir y desear la muerte al mismo tiempo, como se aprecia cuando afirma: “A veces tengo un deseo rabioso de seguir muriendo, de detenerme, / mientras me digo que todavía hay tiempo para un nuevo día”. Lauren sabe que la poesía no es un pasatiempo, sino una constante búsqueda. Por eso ella viaja constantemente; no en términos geográficos sino literarios, poéticos. Busca permanentemente la poesía y en esa búsqueda logra alcanzarla. Ella sabe que la tarea no es fácil y que no se trata de esperar a que la “musa” llegue a dictarnos sus versos:

El mundo sugiere.
No espero la visita de la musa,
voy por ella, la traigo de la mano.

Esa actitud es consecuente con lo que afirmara Octavio Paz en El Arco y La Lira: “…toda obra es el fruto de una voluntad que transforma y somete la materia bruta a sus designios”. El poeta transita los segundos, los minutos y los días buscando el poema, la poesía. Ella puede hallarse en cualquier parte; pero, como afirmo en uno de mis poemas: “son mis ojos los que no pueden verla”. En la entrevista que le realizó el italiano Alessio Brandolini la poeta barranquillera dice que
Los viajes fundamentales no son los geográficos sino los del espíritu. Y si “la vida me acusa de inmovilidad”, o si yo me siento acusada, es porque a veces considero que mi pensamiento se estanca. La poesía debe ser un viaje hacia el descubrimiento de una verdad interior. Esta verdad no es necesariamente universal, pero algunas veces lo es..
A primera vista los versos de la poeta nos parecen tristes y sin esperanza. El cuerpo, ese cuerpo del cual no podemos prescindir, se le convierte en algo sin sentido:
Sé que estoy viva porque siento dolor;
el cuerpo es una prolongación
absurda y obligada de la mente.

A pesar de esa tristeza que flota en sus versos, Lauren no renuncia a la esperanza. Por eso es superficial decir que su poesía es triste. Quien tiene esperanzas cree que la alegría es posible; aunque sea a ratos.

A veces tengo un deseo rabioso de seguir muriendo, de detenerme,
mientras me digo que todavía hay tiempo para un nuevo día.

Pero la voz de un poeta no es sólo la voz de sí mismo. Es también, y sobre todo, la voz que recoge otra voces. El recorrido de Lauren le ha permitido incorporar a su experiencia otras experiencias poéticas, de mujeres fundamentalmente. Al respecto dice:
La mujer, históricamente relegada a un segundo plano, tiene una manera distinta de relacionarse con la palabra. Por decirlo de otro modo, su acercamiento al lenguaje es más inocente. Inocente, pero no ingenuo. Alguna vez pensé que en la escritura no tenían influencia los géneros, pero a medida que fui leyendo libros escritos por mujeres cambié de idea. Las mujeres nos hemos alimentado del canon masculino no para formar parte de él, sino para arraigarnos en una tradición femenina tan antigua e importante como la de los hombres pero aún con muchas lagunas de desigualdad por llenar. Con esto no quiero decir que las mujeres escribamos para ser leídas por otras mujeres, al contrario. El buen lector no distingue géneros….

De allí que busque insistentemente esas voces femeninas: Alejandra Pizarnick, la cubana Juana Rosa Pita, las rusas Anna Ajmátova y Marina Tsvietáieva, para sólo mencionar algunas.

Lauren es, esencialmente una poeta. La conciencia de serlo le impide caer en una falsa voz femenina. En ella no vamos a encontrar versos trasnochadamente eróticos, si así se pudiera nombrarlos; error en el que incurren muchas de nuestras féminas y no pocos hombres que poco o nada entienden de poesía. Como afirmara Alfonso Reyes: “El poeta no debe confiarse demasiado en la poesía como estado del alma, y en cambio debe insistir en la poesía como un efecto de las palabras”. Es la brega con el lenguaje y contra el lenguaje lo que va generar el texto auténticamente poético. Y la, lucha con el lenguaje es una lucha consigo mismo, contra sí mismo. Recordamos nuevamente a Reyes cuando dice que “El ser poeta exige coraje para entrar por laberintos y matar monstruos”; coraje del que no carece Lauren cuando afirma

En la ventana me veo,
el rostro de un fantasma que implora.
¿Quién se asomará del otro lado para darme consuelo?,
¿quién limpiará el polvo y le dará brillo?,
¿quién al final romperá el cristal?
Alguna vez tembló para mí una estrella
y Dios era conmigo.
De eso no hace mucho tiempo.
A mayor luz
más pálido mi reflejo.

En buenahora Editorial Travesías nos entrega este libro. Publicarlo también es un acto poético.

LA POESÍA DE LAUREN MENDINUETA O LA BELLA AVENTURA DE EMBRIAGARSE EN EL POEMA

Por: Concepción Martes Charris


Con la poesía de Lauren Mendinueta sucede lo que a los niños con las golosinas: una vez probadas imposible resistirse a sus tentaciones. En el caso que nos ocupa, de seguir leyendo La Vocación Suspendida, su hermoso libro de poemas, hasta embriagarnos de versos con la copa sacra de la poesía.

Cuando recibí la llamada de Mary Martínez, la directora de Editorial Travesías, encargándome la presentación de este poemario, pensé que como todo alfarero, no podía rehuir del barro, que aun sabiendo que lo mancha, le da vida y justifica como hombre de emociones y sentidos.

Leer a Lauren me resultó la bella aventura de adentrarme en un bosque, como en los cuentos de hadas, por cuya espesura caminé entre los hombros de los dioses de la poesía.

Encuentro en nuestra poeta, ¿o poetisa?, a la mujer madura de verdadero oficio y firmemente ubicada sobre el escabroso abismo de la poesía, adonde nadie llega sino con el talento y una necesaria dosis de verdadero esfuerzo.

Libra ella una lucha interna entre el ser y el no ser. Una que tiende a la aniquilación de la poeta que se niega a morir ante la inmensidad del mundo, pues sabe que es en su corazón, y desde la orfebrería de la palabra donde se ganan las batallas y se agiganta un ser ante el universo. En el poema Lo extinto, la veo casi maniatada entre sus versos; pero es entonces, cuando con un pase de magia sólo posible en el corazón de los poetas, logra reaparecer en otros versos celebrando la vida y ofreciendo la copa de la dicha, porque ella, Lauren, “no se deja excluir porque vence su destierro”. Y camina segura hacia dentro de sí misma, invadida de la luz de la poesía por la que se busca y se reencuentra.

Establece su trinchera y enfrenta el mundo por los ojos, mirando adentro, profundo. Su arma letal es la palabra y sabe que con ésta alcanza el sol y las estrellas.

Es poeta para mostrar al mundo, entretejiendo versos y metáforas se va abriendo un campo entre las lianas para aparecer triunfante más allá de la caída y muy al lado de la gloria.

En Lo contemplado y su contemplación, Lauren es mujer y ángel que nos enseña como un sol los verdaderos hilos de la poesía y la fuerza arrasadora de la vida que florece en la vida, “tratando de asir ese hilo invisible que va de lo divino a lo humano/en el trazo del relámpago que azora salones por la música,… y porque sabe “que todavía hay tiempo para un nuevo día”. Y porque es de luz el encanto que nos sueña.
Gracias, Lauren por regalarnos la poesía, y desde esta lejana tierra tuya, sean para ti los querubines y que ningún ángel te libre del pecado para que sigas contemplando el mundo en el poema.



Barranquilla, agosto 19 de2009

martes, 18 de agosto de 2009

TERTULIA

Los miembros del Colectivo Cultural Tren de Luna en una de sus acostumbradas tertulias.De izquierda a derecha: Roberto Núñez Pérez, Luis Cadrasco, Javier Marrugo Vargas, Concepción Martes Charris y Rigoberto Rodríguez.

domingo, 16 de agosto de 2009

VERSOS DE LA PERSISTENCIA


Por: Roberto Núñez Pérez

Durante estos días en los cuales la lluvia, indecisa, comienza a caer sobre la ciudad, me he encontrado con dos libros de poesía publicados por Editorial Travesías que me han dejado una grata sensación. Lo grato es el resultado de dos hechos: El primero: la calidad literaria de los textos. El segundo: La circunstancia de que los autores estén ligados a nuestra ciudad, ya sea porque en ella viven o nacieron.

El primero de estos libros se titula Rondas y poemas para soñar la infancia, del escritor Concepción Martes Charris, nacido en Polonuevo Atlántico y residente desde hace varios lustros en La Arenosa. Cuando a mí llega uno de esos libros que llaman “infantil” o “para niños”, no puedo evitar sospechar de ellos. Casi nunca en toda la historia de la Literatura se han escrito textos con estos propósitos. Los viajes de Gulliver, Moby Dick, Los tres mosqueteros, Las Mil y una noches y otros tantos relatos fueron concebidos en un principio para adultos. Ahora, si hablamos de poesía, el asunto se torna más complejo porque resulta sumamente difícil escribir poemas rimados para infantes que no caigan en los lugares comunes y que contengan en sí la luz de lo auténtico. Los textos literarios infantiles han de ser tan buenos que, una vez que el lector ya no sea un infante, los siga amando y desee (sin vergüenzas) volver a ellos. El poeta de textos infantiles debe evitar las voces falsas. Además de lograr una gran calidad literaria tiene la dura tarea de no parecer un adulto que imita a un niño. Los textos deben ser sencillos y complejos a la vez; evitar a toda costa la ramplonería. Esto es lo que logra Concepción Martes Charris en su libro. En sus poemas está presente el Caribe que habita y lo habita; el carnaval que vive y lo vive. Concepción Martes no se ha disfrazado de niño. El poeta – niño es uno solo fundido para siempre. Sólo así se podían lograr estos buenos versos:

El otro texto es de la autoría de Lauren Mendinueta: La vocación suspendida, Esta escritora barranquillera ha vivido en España, Portugal y México. Confieso que ya había leído anteriormente su libro Inventario de ciudad y no me había sorprendido. La Lauren de La vocación suspendida es una poeta madura que sabe (eso se intuía ya) que al verso no le debe sobrar ningún adjetivo, pero que tampoco debe faltarle nada. El yo poético que se despliega en sus poemas se encuentra en la paradoja de querer vivir y desear la muerte al mismo tiempo., como se aprecia cuando afirma: “A veces tengo un deseo rabioso de seguir muriendo, de detenerme,/ mientras me digo que todavía hay tiempo para un nuevo día”. Lauren sabe, como Concepción Martes, que la poesía no es un pasatiempo, sino una constante búsqueda. Por eso ella viaja constantemente; no en términos geográficos sino literarios, poéticos. Busca permanentemente la poesía y en esa búsqueda logra alcanzarla. Ella sabe que la tarea no es fácil y que no se trata de esperar a que la “musa” llegue a dictarnos sus versos:

El mundo sugiere.

No espero la visita de la musa,

voy por ella, la traigo de la mano.

Me alegra saber que en Barranquilla, pese a las circunstancias, vive a plenitud la poesía. La tierra de Amira De la Rosa y Meira del mar no se abandona a sí misma.

sábado, 15 de agosto de 2009

Farallón desnudo de los vientos

Concepción Martes Charris


Mi padre es ante todo
la ventana abierta de los sueños
farallón desnudo delos vientos
férreo árbol capital
en su estructura.

Alta torre anclada al corazón
donde palpita la sangre de mi madre,
canción por dentro de los pájaros
de la lluvia y la neblina.

Batalló contra los monstruos que quisieron
maniatarle,
acurrucarle el corazón de miedo,
mas nada había detrás de las cortinas,
su pecho voló por las estrellas
el agua, la luz, el sacrificio
y nos dejó este sol
que tanto amamos
hasta el cielo.

Hombre mortal que fue metal
cuando quisimos
rosetica de ternura o relámpago iluminándonos la casa
-cuando la luz no era-
guerrero incansable de todas las batallas
en esta Troya que es la vida.

Unigénito retoño de mi abuelo ramificado en siete
mi padre es ante todo
farallón denudo de los vientos
una ventana abierta para sueños
y ese hombre que hoy me mira
con la misma fuerza de dos soles.

ACTO FINAL

JAVIER MARRUGO VARGAS- CARTAGENA
Del libro: LOS INTRAQUILOS SUEÑOS DE LA ESPERA

La hora delata la presencia
de una máquina de escribir
en una estancia vacía
y un poema deslizándose herido

¿Quién lo escribe…?

Su autor, un simple ser anónimo
y el poema, una de las tantas cosas inútiles
que la casualidad aborta en un rito más.

Ambos no tienen nombre
el poema está terminado o muerto en la hoja.
La página se lee en blanco.
El poeta un eterno ausente.
La máquina ahora guarda silencio.

¿Quién ha dejado de escribir…?
La pregunta vaga sin respuestas
mas, existe la evidencia
sólo que nadie se interesa por la ficción de relato.
Total, todo ha sido simple imaginació

TREN DE LUNA INICIA SU VIAJE

También nosotros hemos querido llegar a la luna. Y para eso no son necesarios naves espaciales ni satélites artificiales. Nos basta el arte, y en torno a él hemos encendido el fuego que alimenta nuestras vidas. .

Hoy 20 de julio nos reunimos una vez más para realizar nuestras ya acostumbradas tertulias, esta vez en casa del pintor Rigoberto Rodríguez, rodeados de esa otra forma maravillosa de poesía que es la pintura. Hemos querido crear un colectivo que nos permita contribuir de alguna manera al enriquecimiento cultural de nuestra ciudad. Tren de Luna simboliza el viaje que día a día realizamos quienes, pese a cualquier adversidad, no renuncian a los sueños. Sabemos que el viaje resulta difícil y, a veces, tortuoso; pero bien vale la pena la empresa. Sólo la cultura y, en forma particular el arte, nos justifica como seres humanos. Crear y recrear cultura significa hacernos cada vez más humanos, más hombres y mujeres; necesidad fundamental en los tiempos que corren, en los que las cosas nos dominan y cada ser humano se convierte en “casi un objeto”.

El Colectivo Cultural Tren de Luna nace después de por lo menos dos décadas de amistad y trabajo soli –d, t - ario. Sin amistad y amor por el arte hubiera sido imposible su existencia. Hoy hemos decidido nombrar nuestra persistencia y para hacerlo hicimos el ejercicio ya antiguo de buscar palabras al azar en el diccionario; pero no nos satisfizo ninguna. Pensamos en Pan de lluvia, Luz de agua, Quilla de mar y otros tantos nombres que no nos convencieron, ya sea por el exceso o por lo confuso de su sentido. Tren de luna es como hemos querido llamarnos. El nombre lo ha sugerido un hermoso cuadro de Rigoberto. Además, qué cara es la luna para quienes vivimos en Barranquilla.

Abordamos un tren que recorre sinuoso el tiempo y el espacio. Su destino lo determina cada uno de nuestros sueños y esperanzas.

Tren de luna: la travesía comienza.